SEBASTIAN PORTAGLIATTI: DE NUÑEZ A HONDURAS CON VARIAS ESCALAS
La historia de Sebastián Portigliatti es la de muchos pibes
que hacen el paso por las inferiores de un club grande y se encuentran sin
cabida a la hora de firmar contrato.
De hecho, este arquero tuvo un más que destacado aporte en
las divisiones menores de River Plate, donde obtuvo campeonatos y fue capitán.
Sin embargo, por cosas del fútbol (y de los factores extrafutbolísticos que
siempre pululan…) un día se sorprendió con el pase en su poder.
Así fue como empezó a desandar el camino del ascenso
argentino, hasta que el fútbol le dio la primera gran oportunidad de mostrarse
en el extranjero….. pero es mejor que lo cuente él en primera persona…..
“Las divisiones inferiores las hice en River. Llegué en el
año ’99 y me dejaron libre en diciembre de 2005. Hoy por hoy, estoy en mi
tercera experiencia en el extranjero. Primero, me fui a jugar a España y queda
para el olvido por cuestiones ajenas al fútbol. Después estuve en Italia, en la
división Promozione, donde me fue realmente bien, porque jugué todos los
partidos y salimos campeones. Ahora estoy en Honduras. Por el momento es la
mejor y más linda de todas. La chance se
dio porque agarró el equipo el técnico Diego Vázquez, quien me contactó y me
dijo que fuera. La verdad, no lo dudé ni un segundo.
Hay que ser agradecido de poder conocer lugares, y más cuando
trabajás de lo que te gusta y amás. En cada país encontrás cosas diferentes,
desde las comidas hasta la educación de la gente. Claro que se extraña,
especialmente la familia, los amigos, los asados, la vida que uno hace en su
país, ya que a veces es todo muy distinto a lo que uno hace en su lugar, pero
bueno, soy un privilegiado de poder vivir de lo que me gusta. Hoy estoy muy
cómodo en Motagua, y pienso seguir hasta diciembre, que es cuando termina mi
contrato. Después, el fútbol tiene muchas vueltas y uno no sabe qué puede
pasar, pero sin dudas me gustaría volver a jugar en Argentina en algún momento.
En el extranjero me tocó jugar en países donde los hinchas
son muy apasionados. Eso contagia y lleva al jugador a vivirlo muy
intensamente, a disfrutarlo mucho. El fútbol
tiene sus cosas buenas y malas. Muchas veces te encontrás con equipos donde no
te cumplen, se atrasan en los pagos y es más lo que sufrís que lo que se goza,
pero cuando las cosas van bien y estás en el lugar justo, todo está bárbaro. Igual amo el fútbol y soy
un agradecido de todo lo que viví en esta profesión, y espero seguir en esto
mucho tiempo más.
Hay miles de anécdotas para contar. Hace cinco
meses estaba jugando el Argentino B y hoy estoy en la primera división de
Honduras. Cuando llegué allá nadie sabía que llevaban un arquero. Los primeros
dos días estuve en un departamento y recién salí para la presentación ante los
medios. Al día siguiente salí en todos lados y me mataban por venir de la
cuarta de Argentina, decían que era sobrino del técnico (ni amigo somos…), me
juzgaban muchísimo sin verme jugar. Por suerte con el tiempo las cosas fueron
cambiando y hoy está todo muy bien".

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