viernes, 2 de mayo de 2014

2 de mayo 2014


SEBASTIAN PORTAGLIATTI: DE NUÑEZ A HONDURAS CON VARIAS ESCALAS


La historia de Sebastián Portigliatti es la de muchos pibes que hacen el paso por las inferiores de un club grande y se encuentran sin cabida a la hora de firmar contrato.
De hecho, este arquero tuvo un más que destacado aporte en las divisiones menores de River Plate, donde obtuvo campeonatos y fue capitán. Sin embargo, por cosas del fútbol (y de los factores extrafutbolísticos que siempre pululan…) un día se sorprendió con el pase en su poder.
Así fue como empezó a desandar el camino del ascenso argentino, hasta que el fútbol le dio la primera gran oportunidad de mostrarse en el extranjero….. pero es mejor que lo cuente él en primera persona…..
“Las divisiones inferiores las hice en River. Llegué en el año ’99 y me dejaron libre en diciembre de 2005. Hoy por hoy, estoy en mi tercera experiencia en el extranjero. Primero, me fui a jugar a España y queda para el olvido por cuestiones ajenas al fútbol. Después estuve en Italia, en la división Promozione, donde me fue realmente bien, porque jugué todos los partidos y salimos campeones. Ahora estoy en Honduras. Por el momento es la mejor y más linda de todas.  La chance se dio porque agarró el equipo el técnico Diego Vázquez, quien me contactó y me dijo que fuera. La verdad, no lo dudé ni un segundo.
Hay que ser agradecido de poder conocer lugares, y más cuando trabajás de lo que te gusta y amás. En cada país encontrás cosas diferentes, desde las comidas hasta la educación de la gente. Claro que se extraña, especialmente la familia, los amigos, los asados, la vida que uno hace en su país, ya que a veces es todo muy distinto a lo que uno hace en su lugar, pero bueno, soy un privilegiado de poder vivir de lo que me gusta. Hoy estoy muy cómodo en Motagua, y pienso seguir hasta diciembre, que es cuando termina mi contrato. Después, el fútbol tiene muchas vueltas y uno no sabe qué puede pasar, pero sin dudas me gustaría volver a jugar en Argentina en algún momento.
En el extranjero me tocó jugar en países donde los hinchas son muy apasionados. Eso contagia y lleva al jugador a vivirlo muy intensamente, a disfrutarlo mucho. El fútbol tiene sus cosas buenas y malas. Muchas veces te encontrás con equipos donde no te cumplen, se atrasan en los pagos y es más lo que sufrís que lo que se goza, pero cuando las cosas van bien y estás en el lugar justo,  todo está bárbaro. Igual amo el fútbol y soy un agradecido de todo lo que viví en esta profesión, y espero seguir en esto mucho tiempo más.
 Hay miles de anécdotas para contar. Hace cinco meses estaba jugando el Argentino B y hoy estoy en la primera división de Honduras. Cuando llegué allá nadie sabía que llevaban un arquero. Los primeros dos días estuve en un departamento y recién salí para la presentación ante los medios. Al día siguiente salí en todos lados y me mataban por venir de la cuarta de Argentina, decían que era sobrino del técnico (ni amigo somos…), me juzgaban muchísimo sin verme jugar. Por suerte con el tiempo las cosas fueron cambiando y hoy está todo muy bien".

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