martes, 3 de junio de 2014

3 de junio 2014

CESAR BRAVIN: UN BUSCADOR DE SUEÑOS

Perdió su nombre de pila hace rato. Ahora es, lisa y llanamente, “Titina”. Eterno luchador dela escena rockera de la región, comanda Motorblues desde 2001.
Docente, artista plástico y músico, actualmente prepara junto a la banda lo que va a ser el tercer disco, aún sin nombre. De esto, de su amistad con los peso pesados del género y de mucho más habla a continuación….
 - ¿Cómo surge tu relación con la música y por qué el blues?
- Mi viejo es una gran influencia desde niño, con su bandoneón, que es un instrumento tan sentimental. Luego, en mi adolescencia, el descubrimiento del rock me llevó a intentar tocar mi propia música. Se me unieron esos dos factores el día que escuché los primeros blues y encontré allí todo lo que sentía y necesitaba expresar.

- ¿Cómo se forma Motorblues?
- Éramos un grupo de músicos convocados por Gustavo Rovira para acompañarlo en su repertorio, y en uno de esos ensayos, comenté que tenía una idea muy clara para una banda de blues bien guitarrera,  y ellos me propusieron que les pase los temas que yo quisiera tocar y el mismo combo de músicos, además de  Rovira, también me acompañarían a mí, incluido el mismo Gustavo. Así solo restaba encontrar un nombre. Se me ocurrió Motorblues ya que esas dos palabras hablan por sí solas, es un blues bien poderoso, como un motor. Y de paso no tienen traducción al inglés. Con el tiempo hubo algunos cambios de integrantes que fortalecieron el concepto original, pero siempre estaré agradecido a los que me empujaron para emprender este proyecto.

- ¿Cómo podrías describir el momento que está pasando la banda?
- Muy creativo, con ganas de seguir experimentando en composiciones nuevas y jugando en vivo a lo que más nos gusta hacer, que es expresarnos con la mayor honestidad posible.

- Contanos algo de los dos discos y del tercero de pronta aparición.
- Cada uno es un mojón que plasma el momento de la banda. Con el primero, Sillazo por el lomo, largamos todo lo que maduramos durante siete años de búsqueda hasta encontrar la personalidad real de la banda. Con el segundo, Buscador de sueños, logramos sostener todo ese andamiaje y enriquecerlo. Ahora con el tercero, pretendemos que se noten todos estos años de viajes y aprendizajes. Además nos compromete cada vez más a superarnos y evolucionar, algo muy difícil de conseguir pero que si no tuviéramos fe en lograrlo, simplemente no seguiríamos adelante.

- ¿Cómo te relacionás con los Viticus y qué sensaciones te quedan luego de tocar con ellos en Buenos Aires varias veces?
-  Cuando los trajimos a tocar a Villa María por primera vez, desde el primer minuto de encontrarnos, se plasmó una atmósfera tan complementaria que parecía que nos conocíamos de toda la vida. Gente extraordinaria y generosa a tal punto de llevarnos a lugares donde jamás hubiéramos imaginado tocar. La gratitud que tenemos hacia ellos es infinita.

- ¿Cómo compatibilizás tu profesión con la música?
- Los tiempos son muy acotados, y es un suplicio encontrar los huecos para poder ensayar. Igual tengo una familia que banca mis ausencias y hace que siga insistiendo en esto de la música, que para uno es como el agua para los peces.

- ¿Qué significa contar con la amistad y la colaboración de figuras como Vitico y Alejandro Medina?
- Es el orgullo más grande que le puede pasar a un músico de rock o blues argentino. En mi caso personal, siendo bajista y cantante, ellos fueron desde siempre mis dos referentes máximos, así que imagínate si encima después los conocés como personas y terminás teniendo una amistad verdadera más allá de los escenarios..., es un gran premio que nos da la vida.

- ¿Con qué se encuentra el público que va a ver a Motorblues?
- Con mucha honestidad musical. Dejamos todo en el escenario y sabemos muy bien de qué se trata esto del blues y rock. Nos divertimos mucho y la gente percibe todo eso.

- ¿Es difícil ser rockero en Córdoba?
- Es una utopía, pero es un fuego que si no lo canalizamos en un escenario, seguramente incendiaría nuestras almas hasta extinguirnos como personas. Seguir intentándolo es casi fisiológico.

 - La última: una anécdota.
- Pappo subiéndome a su auto y llevándome a dar una vuelta para que escuche el demo de lo nuevo que estaba por editar, y pidiendo mi opinión. Al año siguiente resultaron ser los temas en inglés del disco Buscando un amor.


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