15 de julio 2014
UNA FIGURA INOLVIDABLE
“Háblame de Tosco”, el libro sobre el
inolvidable “Gringo” contado por su autora, Reyna Carranza.
La legendaria figura de Agustín Tosco
ha sido tema para la publicación de varios libros. Es que el carisma y el
respeto ganado por el dirigente lucifuercista crece día a día, teniendo como
valores la lucha y la consecuencia con sus ideales hasta el fin de su vida.
Sobre su bibliografía y su impresión
sobre su último trabajo literario, habló con LA VORAGINE.
-¿Cómo surge la idea de hacer un
libro sobre Agustín Tosco?
- En realidad, este trabajo no
hubiera empezado si no fuera por la
insistencia de la editorial “Raíz de Dos”, que es quien publica mis libros. De
allí comenzaron a fogonearme para que haga algo sobre Tosco. Y fue una labor
muy dura, porque tuve que informarme, recordar cosas, y en cierto modo, salir
de lo que es mi hábitat literario habitual.
- ¿Usted lo conoció a Tosco?
- Me lo crucé un par de veces en
alguna manifestación, pero mi marido, Gustavo Roca, fue abogado de muchos
presos políticos, y defendió a Tosco en épocas bastante duras, así que tenía
información de primera mano. Recuerdo que a comienzos de los ’70, Tosco estaba
preso en Rawson, y fuimos con mi marido en un larguísimo viaje en auto, y
durante todo el trayecto yo le pedía que me contara sobre él, porque era una
personalidad reconocida y admirada por muchísima gente.
- ¿Qué significó Tosco para la vida
política de Córdoba en esa época?
- Mucho, porque fue el gran
referente, conformando junto a Atilio López y René Salamanca un esquema de
lucha obrera inclaudicable y con mucha dignidad. Y por eso la gente los seguía,
porque eran creíbles y consecuentes.
- ¿Este libro le abre una puerta
quizás a una nueva faceta literaria en su carrera?
- No creo. Me siento mucho más cómoda
en la novela. Si bien tengo otro trabajo histórico publicado, lo cierto es que,
literariamente hablando, encuentro muchas más ideas y matices en el otro
género.
- ¿Qué le deja Tosco como legado al
sindicalismo cordobés?
- Una imagen de credibilidad y
austeridad avasallante. Lideró un momento político y social único. Fue el guía
de un movimiento obrero que, unido al estudiantado, generó una fuerza de lucha
magnífica. Recordemos el contexto histórico de estos hechos, cuando la
influencia gremial era relevante y gozaba de dirigentes de gran prestigio.
Tosco era el máximo exponente de todas estas virtudes.

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