domingo, 24 de agosto de 2014

24 de agosto 2014

EL VIOLENTO OFICIO DE ESCRIBIR
Rodolfo Palacios, el mejor escritor de biografías policiales en entrevista exclusiva.

Desde ya, no debe ser fácil estar una decena de veces frente a frente con dos asesinos que forman parte de lo más “granado” de la historia criminal del país. Y mucho menos debe ser aún escribir sus historias y hacerlo lo suficientemente bien como para transformar los trabajos en best sellers.
Rodolfo Palacios es el autor de libros como “El Ángel Negro”, en donde aborda la vida de Carlos Robledo Puch, y “Conchita”, la biografía del odontólogo  Ricardo Barreda. Palacios logra en sus escritos mezclar todos los condimentos necesarios como para que el lector se sienta atrapado de principio a fin.
Con una vasta trayectoria (pese a su juventud)en diversos medios como cronista de policiales, Palacios parece haber encontrado su lugar en el mundo en el difícil arte de tratar de contarnos qué piensan, qué sienten y cómo son verdaderamente algunos grandes criminales que ocuparon cientos de páginas en los diarios y fueron la comidilla de los noticieros por meses.
En estos momentos, se encuentra próximo a presentar su nuevo trabajo, donde rememorará el famoso asalto al Banco Río, pero contado por sus protagonistas. 
En un alto de su trabajo, dialogó con LA VORAGINE.
- Rodolfo, contabas en otros reportajes que te impactó de sobremanera la mirada de Robledo Puch.
- Sí, ya me lo había anticipado gente que había estado en contacto con él.  Es muy fuerte la sensación que te genera, porque aparte no te saca nunca la vista de encima, ni cuando te agachás, ni cuando te parás ni cuando te vas. Me pasó de estar saliendo de alguna de las entrevistas que tuvimos y darme vuelta, y él estaba ahí mirándome. Es muy fuerte. Es la mirada de un psicópata.
- Con Barreda no te pasó lo mismo…..
- No, para nada. Son dos personalidades totalmente distintas. De Barreda, lo que me llamó la atención es el continuo menosprecio hacia su nueva pareja, Berta André. Es como si las mujeres debieran estar un paso más debajo de los hombres. Pero en ningún momento te genera esa sensación de incomodidad que  genera Robledo.
- ¿Hubo algún hecho puntual que te llevara a dedicarte al periodismo policial?
- Mirá, creo que hubo influencias. Qué se yo… el estilo del diario Crónica de escribir sobre crímenes, la revista “Esto”, y además el hecho de admirar a maestros como Enrique Sdrech, por citar un nombre.
- Permanentemente brindás talleres de periodismo o crónica policial. ¿En qué basás esas clases?
- Siempre digo que no enseño periodismo, sino que intento orientar al alumno en una determinada forma de verlas cosas, analizarlas y escribir, porque la escritura tiene que generar un interés. Caso contrario, el lector se aburre y cambia de noticia. Entonces, hay que hacer un trabajo serio, en donde también se  preste mucha atención al formato de presentación. 
- ¿Es muy rico el periodismo de investigación policial en Argentina?
- Sin dudas, hay nombres muy buenos, desde  Rodolfo Walsh hasta estos tiempos, y, por ejemplo, el hecho de haber tenido un antecedente como Walsh, te enseña y te obliga a superarte siempre. Hoy, hay un mercado para este periodismo, con libros que son long sellers, y con títulos que se exhiben en las vidrieras de todas las librerías.
- Estás trabajando en un nuevo libro…
- Sí, es un trabajo sobre el famoso asalto al banco Río, pero que tendrá la particularidad de ser contado por sus protagonistas. Esto le va a dar un enfoque y una óptica diferente a todo lo que se escribió sobre el tema.
- Rodolfo, ¿periodista se nace o se hace?
- Creo que se nace, pero hay que estimularlo y mejorarlo permanentemente.

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