EL TACHERO DE METAL
Tony Scotto, gran referente del metal argento, divide su tiempo entre la música y el taxi. Y tiene mucho para contar….
Tony Scotto fue protagonista vital de la banda más importante que dio nuestra música pesada. Si bien no fue el baterista original de Hermética, fue artífice fundamental para que el grupo llegara a la masividad.
Menos de cuatro años en el conjunto permitieron tantas anécdotas como para escribir un libro. De hecho, gran parte del documental “La H ”, que cuenta la historia de la banda, está generado por el inefable Tony y sus andanzas.
En 1991, según sus propias palabras, Ricardo Iorio lo despidió. Sin embargo, el batero cuadrado, lineal pero tremendamente efectivo, sigue en el corazón de los fans.
A partir de allí, encaró distintos proyectos que aún lo mantienen en el segmento under de la música, mientras maneja su taxi por las calles porteñas.
Amigos, con ustedes, el señor Tony Scotto….
- Porque yo soy así de verdad. No es una pose lo mío, entonces era casi lógico que llegara al metal (risas).
- Ya eras conocido por Motor V y llegás a Hermética. ¿Con el correr del tiempo notaste que estabas pasando a jugar en las ligas mayores?
- Hermética era una banda de laburantes, y yo particularmente no tocaba por la guita. Para mí, era el sueño del pibe. Imaginate que compartía escenario con Ricardo Iorio, a quien iba a ver con mis amigos desde que tenía 15 años…. De hecho, asistí a muchísimos recitales de V8. En cuanto a lo del crecimiento, se fue dando de a poco, y fue la gente la que nos hizo cada vez más grandes.
- ¿Siempre fuiste tachero? ¿Pudiste en algún momento vivir de la música?
- Yo laburo desde los 15 años. Fui diariero, cadete, y de golpe me encontré en Hermética. También fui pintor, tuve reparto de aceitunas, manejé camiones, y desde hace rato estoy con el taxi. En algún momento viví de la música y la pasé realmente bien.
- ¿Por qué sobresalía Hermética? Porque fue más grande que V8 y en caso de seguir en actividad seguramente tendría trascendencia internacional, pero ¿qué tenía la H con Claudio, el Tano, Tony y Ricardo que la hacía especial?
- La banda sobresalía porque, en ese momento, estábamos todos en la misma, muy unidos, y la pluma de Ricardo, los machaques del Tano, la voz de Claudio y mi energía en la bata mostraban que éramos auténticos, que no la vendíamos cambiada.
- ¿En quién te fijaste o te fijás como referente a la hora de tocar?
- John Bonham, Dave Lombardo y de acá, Héctor Espósito, Oscar Moro y mi maestro, el “Mono” Piccardi, que fue baterista de Astor Piazzola.
- Fue fundamental ese estilo para la banda, porque éramos tres, y a la hora del punteo, había que darle duro y parejo para que no se caiga. Tenía un pistón en cada pantorrilla…. A los 14 descubrí a Motorhead y ensayaba tocando un par de sus discos todos los días.
- ¿Qué buenos bateros podés nombrar hoy en el metal nacional?
- Me gustan Bin Valencia, Walter Martínez, el “Pato” Strunz, Guillermo De Luca, y seguro me olvido de varios, porque hay muchos.
- ¿La gente te sigue reconociendo por la calle o en el taxi?
- Sí, totalmente. Todos los días algún pibe de negro me saluda en la calle, y es un orgullo enorme que no se olviden de mí.
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