1989: CUANDO LA DEMOCRACIA ESTUVO EN PELIGRO
El intento de copamiento por parte del Movimiento
Todos por la Patria del Regimiento de La Tablada
Época complicada la segunda mitad de la década del
’80. Aldo Rico y Mohamed Alí Seineldín se convirtieron en personajes claves a
la hora de liderar alzamientos militares. Es que el advenimiento democrático
había echado luz sobre el pasado oscuro que algunos aun querían reivindicar. No
se quería perder el terreno y los derechos ganados a fuerza de sangre.
Además, la situación socio-económica,
fundamentalmente desde el ’88 en adelante, había entrado en una fase crítica,
arreciando las críticas hacia el gobierno alfonsinista. En este contexto, hace
su aparición pública el Movimiento Todos por la Patria con una idea y una
acción absolutamente descabellada: al mejor estilo de los movimientos armados
de la década anterior, se intentó el copamiento de un regimiento para
“defender” la democracia ante un inminente golpe de estado.
La cara visible del MTP era Enrique Haroldo
Gorriarán Merlo, otrora uno de los máximos dirigentes del PRT-ERP. Si bien no
participó en la acción militar, fue el ideólogo y era claramente el referente
de los insurrectos.
La periodista e investigadora Claudia Hilb es
palabra autorizada a la hora de hablar de este triste acontecimiento. Ella
acumuló horas de entrevistas con los protagonistas y publicó documentos
realmente clarificadores sobre la génesis y los motivos de lo que terminó en
una matanza. Con ella dialogó LA VORAGINE.
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Cuando se recuerda el copamiento,
indefectiblemente aparece una pregunta: ¿verdaderamente había planes de un
golpe de estado como para que este grupo actuara?
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Tuve la oportunidad de entrevistar
durante cinco horas a Gorriarán Merlo en la cárcel y yo iba con el mismo
interrogante. Yo tenía la versión de que los atacantes habían ingresado al
regimiento y habían tirado volantes camuflados como carapintadas. Esto me
fue confirmado por Gorriarán. Mi conclusión sobre los motivos es que el MTP
quiso fabricar un falso golpe de estado para quedar como los salvadores de la
democracia. El proyecto original era tomar el cuartel, salir con tanques hacia
la Casa Rosada y hacer una insurrección civil que terminara con la renuncia del
presidente.
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Suena utópico generar todo eso con menos
de una centena de combatientes….
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Era un delirio parecido al de una secta.
Es cierto que era un momento crítico, porque había rumores de alzamiento,
vivíamos inmersos en una crisis energética importante, y ellos, en su idea
mesiánica, creían que podían encender una chispa que llevara a la insurrección
popular.
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A esa altura, muy pocos sabían de la
existencia del MTP….
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El MTP se funda en Nicaragua, pero lo
curioso es que tiempo antes del ataque, sufre una ruptura muy fuerte, pierde
muchos cuadros. Sin embargo, hacen un trabajo de base en barrios y se
constituye un núcleo duro alrededor de una figura fuerte de la lucha
antidictatorial, como pueden ser Gorriarán o Provenzano. Inicialmente, en el
grupo confluyen sectores amplios del progresismo radical, que vienen de
experiencias duras de lucha en el PRT, el peronismo y la izquierda cristiana.
De allí quizás se explique la participación del sacerdote Puigjané.
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Durante el período de detención que
soportaron los sobrevivientes, permanentemente se autotitularon “presos
políticos”. ¿Cabe ese concepto para este caso?
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Yo no sé si considerarlos presos
políticos…. Descriptivamente pueden serlo, porque el ataque tenía un fin
político, pero el mesianismo mismo de la acción, que evidentemente no tenía
posibilidades de éxito, hace que en la realidad difícilmente se los pueda caratular
como tales.
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Otra pregunta interesante sería saber
cómo hicieron los líderes para convencer a los combatientes sobre las
probabilidades de victoria….
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Era un mesianismo extremo pensar que en
el ’89 se podía hacer un movimiento de este tipo y que la sociedad apoyara. En
realidad, el mesianismo es una faceta común a todas las organizaciones armadas,
porque creen encabezar por una autodeterminación asignada un sentido de la
historia a realizarse bajo su liderazgo. El caso del MTP es casi una caricatura
de lo que fueron los grupos de los ’70.
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Objetivamente, ¿estaban las condiciones
dadas para una revolución en los ’80?
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Las condiciones para una insurrección de
este tipo pudieron estar en la década del ’60, no tanto por una crisis
socio-económica, sino por factores político-ideológicos. Pero más allá de si es
viable, la pregunta en los ’80 era si la asonada era deseable, y estoy segura
de que no lo era.
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¿Es utópico pensar en una acción similar
en la actualidad?
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No creo, hoy en día, en el sentido de
una revolución como quizás se creía hace 30 años. Supongo que no está en la
imaginación de nadie hacer algo así en este momento, pero tampoco se puede
descartar definitivamente la posibilidad de que alguien quiera incidir
políticamente a través de las armas.
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