domingo, 15 de diciembre de 2013

13 de noviembre 2013

QUE ME VENIS CON LA PLAY STATION 4….
Soy de otra época. De los ’80 para más datos, cuando todavía jugábamos al fútbol en la calle haciendo los arcos con ladrillos y pintando la pelota Pulpo de blanco para verla de noche.
Y cuando no nos encontraban pateando, seguro que era porque habíamos marcado la pista y protagonizábamos feroces carreras con los autitos preparados con su correspondiente masilla y cucharita.
Así, miles de juegos: escondida, mancha, tejo, rayuela…. El tema es que siempre en la calle había un amigo para compartir el tiempo y esquivar al fantasma del aburrimiento.
Hoy entro a mi casa, digo “hola” y mi hijo no me saluda. No está enojado ni mucho menos. Está con la “Play”…..
Cómo cambiaron los tiempos….. En los ’80, no había forma de que nuestros padres nos tuvieran adentro. Hoy los pibes no salen.
Términos como “realidad virtual”, “3D” y “online” ya están en boca de todos. Pero me hago un tiempito para acordarme y homenajear (de pie, cuarentones….) a los primeros videojuegos, ésos de los que hoy nuestros hijos se matarían de risa por lo obsoleto, pero que fueron parte de nuestra infancia.
A ver: el primer “adelanto tecnológico” consistió en que dejamos el Pocketers para coparnos con el Nintendo. Fue el gran paso del juego mecánico al electrónico. Y así fue como llegó un personaje que nos acompañó horas enteras: el Donkey Kong.
El tiempo y los avances nos superaban y ya nos hicimos fanáticos de los videojuegos, que andaban a fichitas (no con tarjetas magnéticas y saldo recargable como ahora) y cuando se te trababa venía el encargado con una ganzúa para hacer empezar el juego.
Exerion, Pacman, Daytona…. Qué juegos terribles por Dios. Eran la locura y el furor. Horas y horas jugando y viendo…. Y además, mi juego preferido: el Space Invaders. Eran los tiempos en donde los juegos de naves eran lo “top”. El objetivo de todos, claro, era “darlo vuelta”, término que significaba llegar hasta el final y recomenzar con la misma ficha, cosa que requería de cientos de fichines previos para adiestrarse correctamente.
Como mucho, la muerte se presentaba a través de una patada del Kung Fu Master, y era una muerte…… rara, porque desaparecía el muñequito y listo. Hoy, un poco más y se ve cómo saltan las tripas, y si me apurás, te digo que dentro de unos años la sangre va a salir de la pantalla y te va a ensuciar la cara….
Señores: me reivindico como jovato y celebro esa infancia que tuve y que no cambio por nada del mundo. Y ahora los dejo porque me voy a jugar a la payana….

No hay comentarios:

Publicar un comentario