domingo, 15 de diciembre de 2013


SOÑANDO POR JUGAR
El sinuoso y complicado camino hacia el fútbol profesional

 El fútbol es pasión cuasi universal, vaya novedad. El futbolista top tiene de todo: plata, autos, lujos, popularidad….. Uno prende la tele y observa los entrenamientos del Real Madrid, del Barcelona. Pareciera que el jugador tiene todo a pedir de boca. Nada hace falta en los campos de entrenamiento. Un séquito de gente trabaja a destajo para que sean prácticamente reyes.
Y laburan, a lo sumo, tres, cuatro horas por día. Las vacaciones, son las soñadas. Playas paradisíacas, los mejores restaurantes…..
Pero por cada uno que llega al estrellato, hay cientos que la pucherean, y miles que vieron truncados sus sueños de jugar profesionalmente.
Mala suerte, una lesión inoportuna, falta de condiciones, el destino….. Diversos factores pueden influir para no lograr el cometido.
Y eso que muchos hicieron esfuerzos supremos. Cuántos han dejado su infancia y adolescencia en una pensión corriendo detrás de un sueño. Cuántos perdieron momentos inolvidables por una pelota. Cuántos abandonaron sus estudios y tiempo después se encontraron sin fútbol y sin preparación para la vida.
Es un camino difícil. Una elección complicada, porque no siempre el esfuerzo es recompensado.
Y así nos encontramos con tantas historias de vida….. Desde el pibe que pintaba y que vuelve al club de su pueblo porque no se le dio hasta el que tuvo que largar para parar la olla.
El fútbol chacarero, o el de las divisionales menores de AFA, es una cantera permanente de muchachos enamorados de por vida de la redonda y que no tuvieron suerte. Todos alternan pasión y obligación, y para entrenar y jugar, le roban horas al sueño y a la familia. La plata, cuando la hay, es lo de menos.
El programa “Atlas, la otra pasión” muestra desde hace años las vivencias de un plantel cuyos integrantes tienen los más diversos oficios. Albañiles, empleados, changarines, abogados o médicos se encuentran día a día para, juntos, sin distinción de clases, llevar a un equipo a lo más alto.
A algunos quizás los toque la varita mágica y les permita vivir de lo que aman. El poderoso fútbol del interior del interior es una buena salida, por ejemplo, no para hacerse rico, pero al menos como para dedicarse full time. Para la gran mayoría, será siempre un hobby.
Los clubes profesionales invierten mucho dinero en las inferiores. Permanentes scoutings a lo largo y a lo ancho del país les permiten apostar al futuro de la mejor manera, aun a sabiendas de que sólo un escasísimo porcentaje llegará a la cúspide.
Todos tienen pensiones donde albergan a chicos de otros lugares. Se les ofrece casa, comida y estudio. Todo lo necesario como para poner las energías en una carrera posible y tener alguna base si el sueño se torna imposible.
Allí se arma toda una estructura para contener a muchos pibes que sufren el desarraigo, que, en algunos casos, ven a su familia una vez al mes, pero que entienden que es el precio a pagar por alcanzar una meta.
Con el correr del tiempo, se irán cumpliendo objetivos (ser titular, pasar a reserva, entrenar con el plantel superior) o algún día llegará la noticia de que ya no tendrá lugar en el club y quedará con el pase en su poder. Gloria o fracaso. No hay término medio. Es la ley del fútbol.
Eso sí: toque lo que toque, el amor por la pelota, no se mancha….

Poema al pibe de la pensión

Fui un jugador de pensión. 
Vos te levantabas con la voz de tu vieja; 
a mí los pibes me ponían la cumbia en la oreja.
Vos dormiste solo o con tus hermanos en tu pieza;
 yo tuve que aprender a hacerme hermano de una banda. 
                    Vos salías y volvías a tu casa cada día;
 yo venía cada semanas, meses.... 
Vos contabas si te faltaban dos o tres días para salir el finde;
 yo contaba los días que faltaban para el Día del padre, de la madre y semana santa.
 A vos tu mamá te daba un beso cada día;
 a mí me lloraba por teléfono.
 A vos tu mamá te cocinaba como sólo ella sabe;
 en cambio, mi dieta la armaba una nutricionista, y era siempre igual.
 A vos tu viejo te cagaba a pedos, te abrazaba;
 a mí me iba a buscar cada dos meses de madrugada a la terminal. 
A vos te pedían que estudies;
 a mí, que estudie , que entrene, que vaya al gym cada día y que me acueste sin salir. 
Cuando vos estabas mal, todos iban a consolarte, tus viejos, tus hermanos, abuelos, tíos;
 a mí, cuando estaba mal, eran los pibes los que cerraban mi puerta y me hablaban para que no afloje. Pero, ¿sabes? No me imaginaba viviendo otra vida, porque yo elegí ser jugador


No hay comentarios:

Publicar un comentario