LA VIDA EN UN GOLPE
¿Un boxeador diferente o un diferente boxeador? El hombre que rompió con el estereotipo del pugilista
Sergio Víctor Palma fue campeón mundial de los supergallos. Muchos recordarán a ese bravo chaqueño de rulos y ojos claros que arriba del ring era una máquina de ir hacia adelante y debajo, era casi la antítesis.
De modales suaves, refinados, se animó a expresarse literariamente a través de libros y discos de poemas. Más tarde, se inclinaría por el periodismo, labor que aun continúa ejerciendo.
En septiembre de 2004 sufrió un accidente cerebrovascular, pero con el mismo temple que mostraba en un cuadrilátero, sigue peleándole (y ganándole) a la vida.
Personaje muy querido dentro del ambiente de las “narices chatas”, hoy en día es uno de los principales impulsores de la ley en favor de los derechos del boxeador.
Con su habitual cordialidad, se prestó al diálogo con LA VORAGINE.
- ¿Qué explicación le encontrás a la pregunta "¿por qué fui boxeador?" que seguramente te habrás hecho muchas veces?
- Obvio que cuando me la hice sólo pensaba que me gustaba. Teníamos razón cuando de niños hacíamos las cosas "porque sí". Después de muchas sesiones de terapia, ya adultos, nos enteramos que las cosas "nos gustaban" por lo que depositábamos en ellas, y uno era muy pequeñito y estos tipos eran fuertes, habilidosos, ¡audaces!. ¡Y la gente los miraba y hasta los admiraba!. Sí, eran cosas de las que uno andaba huérfano...
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- Siempre te destacaste por tus inquietudes culturales y artísticas, incluso cuando aún eras pugilista. ¿Te sentiste alguna vez una especie de "bicho raro" en el ambiente del boxeo?
- En principio me hacía sentir muy bien. Luego resulta un contraste injusto con mis colegas. Me enseñaron a leer y escribir a los cinco años. En los '60 todos leíamos historietas. Aquel hábito me fue dejando una buena capacidad expresiva. Pero, seamos justos, sólo el diez por ciento de la población mundial accede a los estudios primarios, secundarios y terciarios... El noventa por ciento restante, estamos apretaditos en el mismo rango... y no son todos boxeadores eh...
- - Recuerdo haber leído por allí que decías que una vez cumplido tu sueño de ser campeón mundial, te sentiste vacío, como que ya habías cumplido tu objetivo. ¿Fue así?.
- Sí. Cuando me levantaron la diestra consagrándome campeón mundial, me pareció que era un buen momento para que alguien dijese "y fueron felices...”. Fue cuando me enteré que sólo había perseguido viento...
- - ¿Cómo se da tu inserción en el periodismo?
- Siendo campeón mundial, supe producir y conducir un ciclo por LR4 Radio Splendid. El ciclo no fue tan bueno, pero sí breve. Cuando en febrero de 1983 decidí retirarme, hablé con el gerente de programación de la radio y fui columnista de Soldán Esquina. A partir de allí, llevo casi 30 años en los medios.
- ¿Qué recuerdos tenés de Santos Zacarías, tu entrenador de siempre?
- Don Santos Zacarías tenía la obsesión que yo necesitaba. No aprendo con facilidad, pero soy muy tenaz, muy empeñoso, pongo tantas ganas que, a veces, al aprender lo nuevo, olvido lo anterior. A Santos le sobraba obsesión, me lo enseñaba las mil veces que yo necesitaba.
- - "Martillo" Roldán contaba que ahora es feliz haciendo todo lo que no podía hacer cuando era profesional. ¿Te pasó de descubrir nuevos intereses y gustos una vez fuera del boxeo?
- El entrenamiento para cualquier alto nivel competitivo, no es deporte. Cualquier cosa que se deba hacer para mejorar el rendimiento, debe ser hecho. A cualquier precio. En el boxeo, encuadrar en categoría es imprescindible. Aunque requiera ayuno absoluto varios días... En fin, son cosas que, como se imaginarán, no extraño...
- ¿Cómo marchan las cosas con ADEBOAR (Asociación de Boxeadores Argentinos, de reciente creación)?
- ADEBOAR nació. Ahora hay que conseguirle una cuna para que pueda transitar su primera etapa. Empezar a ser. Tiene un tiempo muy escaso. Como bien señalás, hay muchas entidades (FAB, WPC en nuestro país; múltiples organizaciones a nivel mundial). Bienvenidas sean. Pero el boxeador es pieza indispensable en ese movimiento empresarial. Queremos que todos ganen, los boxeadores también.

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