TALENTO PURO AL SERVICIO DEL PERIODISMO
Sin dudas, es uno de los periodistas más respetados y lúcidos de nuestro país. El hombre, más allá de su vinculación con el deporte, es un virtuoso de la pluma, lo que le ha permitido incursionar con éxito en la literatura. Sus columnas en el diario Olé son verdaderas cátedras de cómo graficar una situación con elegancia y sutileza. En ESPN, se lo escucha comentar partidos de fútbol internacional con una claridad conceptual notable.
Walter Vargas lleva muchos años en el medio. Sin embargo, es un periodista distinto. Distinto por su forma de ver y expresar las cosas. Aquí, un reportaje imperdible. Walter, ¿cómo hace el periodista hoy para emitir su opinión en forma libre teniendo en cuenta la cantidad de presiones que existen?. Quizás no sea tu caso, pero seguramente habrá muchos colegas en esta situación.
- Hoy es particularmente difícil, pero en rigor no sé si más difícil que en otros tiempos. En definitiva, uno no puede elegir sus patrones, pero sí puede elegir los límites que les pone. En mi caso, ya hace muchos años que me desayuné con que no existen ni la objetividad ni la falta de censura. Creo más bien en una subjetividad crítica. No bajamos de un plato volador, siempre decimos lo que decimos desde algún lugar específico, desde cierto cosmos enunciativo, cultural, ideológico, el que fuere, y siempre hay presiones, explícitas o implícitas. En cuanto a la posibilidad de formular mis opiniones en libertad, qué decir, en Télam y en Olé, por caso, sé que no puedo o no debo decir siempre lo que exactamente pienso de algunos temas, pero después de tantos años en el oficio (35) me he ganado un cierto respeto. Me he ganado los "no", digamos. Esto es: no me es dada la estricta potestad de escribir todo lo que pienso pero nadie se atreve a exigirme que escriba lo que no pienso.
¿Cómo ves la actualidad del periodismo en general?
-En principio noto una alarmante declinación en el empleo de la lengua. Siempre doy el siguiente ejemplo: nos resultaría absurdo que un carpintero no supiera trabajar con madera pero nos resulta natural que un periodista hable o escriba mal. Es decir, que no sea competente con la herramienta que hace a la quintaesencia de su trabajo. Luego, noto también un excesivo empleo del tono pretendidamente coloquial, arbitrariedad a la hora de interpretar y ligereza a la hora de opinar. Y por último, nos han hecho mucho daño la vedetización del periodista y una tóxica intimidad entre el periodista y el personaje en cuestión. Ese borramiento de la asimetría básica (el periodista es el periodista y el personaje es el personaje) suele redundar en la capitulación del abecé periodístico y su consiguiente pérdida de credibilidad. Con todo, hay honrosas excepciones y periodistas portentosos, honestos y creíbles. No todo está perdido.
-En principio noto una alarmante declinación en el empleo de la lengua. Siempre doy el siguiente ejemplo: nos resultaría absurdo que un carpintero no supiera trabajar con madera pero nos resulta natural que un periodista hable o escriba mal. Es decir, que no sea competente con la herramienta que hace a la quintaesencia de su trabajo. Luego, noto también un excesivo empleo del tono pretendidamente coloquial, arbitrariedad a la hora de interpretar y ligereza a la hora de opinar. Y por último, nos han hecho mucho daño la vedetización del periodista y una tóxica intimidad entre el periodista y el personaje en cuestión. Ese borramiento de la asimetría básica (el periodista es el periodista y el personaje es el personaje) suele redundar en la capitulación del abecé periodístico y su consiguiente pérdida de credibilidad. Con todo, hay honrosas excepciones y periodistas portentosos, honestos y creíbles. No todo está perdido.
¿Se torna difícil intentar informar hoy en el mundo futbolístico habida cuenta de los intereses y las relaciones "non-sanctas" de dirigentes y barras?
-Ciertamente es difícil, pero vuelvo a la respuesta de la segunda pregunta. Hay desafíos que son inherentes a nuestra profesión y que está en nosotros resolver con las herramientas que la profesión prescribe, sean éstas discursivas, metodológicas o éticas.
-Ciertamente es difícil, pero vuelvo a la respuesta de la segunda pregunta. Hay desafíos que son inherentes a nuestra profesión y que está en nosotros resolver con las herramientas que la profesión prescribe, sean éstas discursivas, metodológicas o éticas.
¿Por qué los aficionados cada vez reciben más de negocio y violencia y menos del aspecto lúdico del deporte?
-A grandes trazos, porque desde hace un par de décadas, años más, años menos, se ha operado una especie de subversión gramatical. Durante mucho tiempo, si no paradisíaco al menos con amplias zonas de millas marinas incontaminadas, hablábamos de cuánto del negocio y la violencia conspiraban contra el juego, contra el fútbol químicamente puro. Hoy, el negocio domina la escena, la violencia es funcional al negocio y cuando hacemos las cuentas nos desayunamos con que en ese contexto, por disparatado que parezca, el aspecto lúdico del deporte ha pasado a ser una referencia lateral.
-A grandes trazos, porque desde hace un par de décadas, años más, años menos, se ha operado una especie de subversión gramatical. Durante mucho tiempo, si no paradisíaco al menos con amplias zonas de millas marinas incontaminadas, hablábamos de cuánto del negocio y la violencia conspiraban contra el juego, contra el fútbol químicamente puro. Hoy, el negocio domina la escena, la violencia es funcional al negocio y cuando hacemos las cuentas nos desayunamos con que en ese contexto, por disparatado que parezca, el aspecto lúdico del deporte ha pasado a ser una referencia lateral.
Se dice que el fútbol es una trituradora de directores técnicos. ¿Se puede parar esa máquina fagocitadora de alguna forma o hemos entrado en una vorágine sin retorno?
-Poder, lo que se dice poder, se puede parar esa máquina fagocitadora, pero temo que ni los poderes que cortan el bacalao, ni los protagonistas, ni los hinchas, ni tampoco nosotros, los periodistas, estemos dispuestos a regresar a un estado menos subordinado a la ansiedad y a la crispación, cuando no a una desesperada huida hacia delante.
-Poder, lo que se dice poder, se puede parar esa máquina fagocitadora, pero temo que ni los poderes que cortan el bacalao, ni los protagonistas, ni los hinchas, ni tampoco nosotros, los periodistas, estemos dispuestos a regresar a un estado menos subordinado a la ansiedad y a la crispación, cuando no a una desesperada huida hacia delante.
Como especialista en boxeo, ¿no te sentís defraudado al ver peleas sin equivalencias, árbitros corruptos, jurados ineptos y managers inescrupulosos?
-Me siento defraudado, desencantado, decepcionado y podemos seguir hasta agotar el sufijo. Alguna vez Tito Lectoure dijo una frase que pese a su dejo de arrogancia encerraba algo de verdad y hoy cobra una penosa vigencia: una cosa es hacer boxeo y otra cosa es meter gente en un ring.
-Me siento defraudado, desencantado, decepcionado y podemos seguir hasta agotar el sufijo. Alguna vez Tito Lectoure dijo una frase que pese a su dejo de arrogancia encerraba algo de verdad y hoy cobra una penosa vigencia: una cosa es hacer boxeo y otra cosa es meter gente en un ring.
¿Cuál es el peor de los males del deporte argentino de hoy?
-La pregunta me sabe demasiado amplia. Acaso el peor de los males del deporte argentino de hoy sea en quienes lo conducen cierta ligereza para organizarlo y en quienes lo apreciamos cierta ligereza para analizarlo y una preocupante dificultad para disfrutarlo más allá de las simpatías que nos promueve el que gana o el que pierde. "Deberíamos ser más magnánimos", dice Sabella, y me sumo a su prédica.
-La pregunta me sabe demasiado amplia. Acaso el peor de los males del deporte argentino de hoy sea en quienes lo conducen cierta ligereza para organizarlo y en quienes lo apreciamos cierta ligereza para analizarlo y una preocupante dificultad para disfrutarlo más allá de las simpatías que nos promueve el que gana o el que pierde. "Deberíamos ser más magnánimos", dice Sabella, y me sumo a su prédica.
Tus columnas en Olé son una oda al periodismo gráfico. ¿te cuesta escribirlas o tipeás directamente lo que te sale del cuore?
-Estoy en Olé desde su fundación, desde 1997 escribo un mínimo de 130 editoriales cada año. En fin, son muchas horas de vuelo, y tantas que, por ejemplo, conforme pasó el tiempo aprendí a pensar en caracteres. Es decir, antes de escribir los los textos, o al tiempo que los escribo, construyo las ideas en consonancia con el espacio de que dispongo y el ritmo discursivo que pretendo. A veces me aproximo a lo buscado, a veces no, pero siempre intento desarrollar ideas más o menos sólidas, no con la pretensión de que sean irrefutables pero sí para propiciar la impregnación del lector y el fluir de sus propias ideas. El cuore lo pongo, pero solo con el cuore no se escriben buenas columnas. Del mismo modo, tampoco es recomendable el frío entendimiento sin vibración. Digamos que hago lo que puedo.
-Estoy en Olé desde su fundación, desde 1997 escribo un mínimo de 130 editoriales cada año. En fin, son muchas horas de vuelo, y tantas que, por ejemplo, conforme pasó el tiempo aprendí a pensar en caracteres. Es decir, antes de escribir los los textos, o al tiempo que los escribo, construyo las ideas en consonancia con el espacio de que dispongo y el ritmo discursivo que pretendo. A veces me aproximo a lo buscado, a veces no, pero siempre intento desarrollar ideas más o menos sólidas, no con la pretensión de que sean irrefutables pero sí para propiciar la impregnación del lector y el fluir de sus propias ideas. El cuore lo pongo, pero solo con el cuore no se escriben buenas columnas. Del mismo modo, tampoco es recomendable el frío entendimiento sin vibración. Digamos que hago lo que puedo.
-Que si ya tiene la certeza de que el periodismo es su vocación, la honre hasta donde le den las tripas, la constancia y el coraje. Que tome nota, más temprano que tarde, que uno se forma con las instituciones y pese a las instituciones. Que intente hablar y escribir cada día mejor. Que más allá de cosmovisiones, ideologías, estilos o estéticas, procure cultivar
- Una reflexión sobre el país hoy en día.
-Veo un país donde bastante de lo que parece no es y de lo que es cada día me agradan menos cosas. Veo batallas políticas que se dirimen cual si fueran un Boca-River. Veo una economía que tiende a declinar. Veo el comienzo del fin de una era sin que se perfilen con claridad los actores capaces de liderar la era en gestación. Veo un país con una penosa declinación en el reconocimiento del otro. En fin: Argentina es un amor doloroso o un dolor amoroso, que llevo a todas partes.
-Veo un país donde bastante de lo que parece no es y de lo que es cada día me agradan menos cosas. Veo batallas políticas que se dirimen cual si fueran un Boca-River. Veo una economía que tiende a declinar. Veo el comienzo del fin de una era sin que se perfilen con claridad los actores capaces de liderar la era en gestación. Veo un país con una penosa declinación en el reconocimiento del otro. En fin: Argentina es un amor doloroso o un dolor amoroso, que llevo a todas partes.

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